LA NECESIDAD DE REHABILITAR
Más del 90% del parque edificatorio está obsoleto.
No reúne condiciones de confort ni de salubridad, y su gasto energético es elevado.
Consumo de mucha energía
El poco o inexistente aislamiento, las carpinterías y vidrios con escasas prestaciones o la falta de hermeticidad son responsables prácticamente del 100% de las pérdidas de energía de los edificios. El dinero que gastamos en energía para calefactar o refrigerar se escapa por fachadas ineficientes, ¡se tira a la calle!
Disconfort y salubridad
La mayoría de los edificios en los que vivimos, trabajamos, estudiamos… no solo no proporcionan el confort mínimo exigido por normativas y recomendaciones de las Organización Mundial de la Salud (OMS) sino que son perjudiciales para nuestro bienestar y salud. Esto es debido a que no cumplen los criterios de salubridad exigidos por la normativa actual.
Este disconfort puede provocar lo que la OMS definió en 1982 como Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) que se puede traducir en migrañas, náuseas, resfriados persistentes, irritaciones en vías respiratorias, piel, ojos, etc.
Edificios: fuente contaminante
Los edificios son responsables del 56% de las emisiones de CO2 en nuestras ciudades. El 92% de los edificios construidos son anteriores a la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (CTE) y se construyeron sin tener en cuenta criterios de eficiencia.
Normativa
Las directrices europeas marcan un camino inexorable hacia los Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo (ECCN). Prueba de ello son las diferentes directivas que se han publicado en los últimos años.